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Rincón carmelita

 

Una mística nueva (VI). Ofrenda al amor misericordioso
7 octubre, 2020 / Carmelitas
Teresita del Niño Jesús, una mística nueva (VI)

Llegamos, por fin, a la conclusión del pequeño curso sobre Teresita del Niño Jesús -titulado Una mística nueva– en que se grabaron unas charlas del P. Secundino Castro O.C.D. En esta ocasión nos comenta la que constituye la cumbre de la pequeña doctrina de ella, de su caminito, esto es la oración de consagración y acto de ofrenda al amor misericordioso. Antes de dejar apuntado el esquema de la charla, recordamos el itinerario del conjunto de las seis charlas por si ayuda a que cada uno pueda hacerse su composición de lugar de los contenidos.

Vamos concluyendo con el ciclo de charlas del P. Secundino Castro O.C.D, a propósito de Teresita del Niño Jesús, en el curso que él mismo ha querido En este quinto capítulo, que el profesor llama “En las fuentes de la Iglesia”, se nos va a encuadrar y enfocar cómo vivir adecuadamente la pequeña doctrina del caminito. Conviene percibir su ubicación en el conjunto del itinerario que estamos recorriendo:

  1. Huracán de Gloria (puede verse aquí)
  2. La gracia hecha mujer (pincha en este enlace)
  3. Y vámonos a ver en tu Hermosura (síguelo)
  4. Aspira por mi huerto (vínculo)
  5. En las fuentes de la Iglesia  (pulsa)
  6. Acto de ofrenda al amor misericordioso: “Compareceré con las manos vacías” (charla que presentamos en esta última entrada de esta serie)
  • Introducción al acto de ofrenda: sustancia y originalidad de Teresita (01’36’’)
  • El procedimiento en esta charla funcionará con una sencilla lectura y un pequeño comentario. Al final, un breve resumen sobre la novedad que supuso Teresita
  • El acto de ofrenda: contenido e invitación a entrar en el caminito (03’22’’)
      • I bloque
          • Oh, Dios mío, Trinidad bienaventurada (04’00’’)
          • yo quiero AMARTE Y HACERTE AMAR (05’08’’)
          • y trabajar por la glorificación de la santa Iglesia: darle su peso, su fuerza. (06’25’’)
          • salvando a las almas que están en la tierra y liberando a las que están en el purgatorio. La idea de Teresita sobre la salvación de las personas, y de “vaciar” el purgatorio. (07’11’’)
          • Deseo cumplir perfectamente tu voluntad y alcanzar el grado de gloria que tú me has preparado. En una palabra, quiero ser santa. (08’19’’)
          • Pero siento mi impotencia. Ella no puede, pero vence: el Señor está con ella. Esto está unido al concepto de gracia  (09’45’’)
          • Te pido, Dios mío, que seas Tú mismo mi santidad. Asentir a la obra de Dios y acoger el don de Dios en uno mismo (11’25’’)
      • II bloque
          •  Ya que me has amado hasta darme a tu Hijo único –oración dirigida al Padre– para que fuera mi salvador y mi esposo (12’30’’)
          • Los tesoros infinitos de sus méritos son míos, te los ofrezco gustosa y te suplico que no me mires sino a través de la FAZ de Jesús y de su CORAZÓN (Teresita se desapropia de lo que es suyo y hace suyo propio lo que es de Jesús (14’48’’)
      • III Bloque
          • Te ofrezco también todos los méritos de los santos (de los que están en el cielo y de los que están en la tierra), sus actos de amor y los de los santos ángeles. (17’07’’)
          • Y, por último, te ofrezco, ¡oh Santa Trinidad! el amor y los méritos de la Santísima Virgen, mi Madre querida; a ella le confío mi ofrenda, pidiéndole que te la presente. (17’28’’)
          • Su divino Hijo, mi Esposo amadísimo, en los días de su vida mortal nos dijo: «Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá». Por eso estoy segura de que escucharás mis deseos. Lo sé, Dios mío, cuanto más quieres dar tanto más haces desear. (19’40’’)
          • Siento en mi corazón deseos inmensos (¡infinitos!) y te pido, confiadamente, que vengas a tomar posesión de mi alma. (20’28’’)
          • ¡Ay !, no puedo recibir la sagrada Comunión con la frecuencia que deseo pero, Señor, ¿no eres Tú todopoderoso… ? Quédate en mí como en el sagrario, no te alejes nunca de tu pequeña hostia… (21’47’’)
          • Teresita lo que está pidiendo, al fin y al cabo, es que el Señor la consagre a ella como se consagra la forma eucarística: que Jesucristo se encarne en ella (23’27’’)
      • IV bloque
          • Quisiera consolarte de la ingratitud de los malos y te suplico que me quites la libertad de desagradarte. (25’20’’)
          • Y si por debilidad caigo alguna vez, que tu mirada divina purifique enseguida mi alma, consumiendo todas mis imperfecciones, como el fuego que todo lo transforma en sí… Alusión, reminiscencia de Juan de la Cruz. Teresita no habla de perdón, sino de fuego que consume: he aquí el Espíritu Santo (26’33’’)
      • V bloque
          • Te doy gracias, Dios mío, por todos los beneficios que me has concedido y, en especial, por haberme hecho pasar por el crisol del sufrimiento. (28’23’’)
          • En el último día te contemplaré llena de gozo llevando el cetro de la Cruz. Ya que te has dignado darme como lote esta cruz tan preciosa, espero parecerme a ti en el cielo y ver brillar en mi cuerpo glorificado los sagrados estigmas de tu Pasión… Aquí resplandece en Teresita su deseo de parecerse a Jesús (28’50’’)
      • VI bloque
          • Después del destierro de la tierra, (30’40’’)
          • espero ir a gozar de ti en la PATRIA, … tu rostro es mi patria (31’20’’)
          • pero no quiero acumular méritos para el cielo, (31’50’’)
          • quiero trabajar sólo por tu amor, con el único fin de agradarte, de consolar a tu sagrado Corazón y de salvar almas que te amen eternamente. (32’20’’)
      • VII bloque
          • En la tarde de esta vida compareceré delante de ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras. (33’00’’)
          • Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de Ti mismo. (35’10’’)
          • Por eso, yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de Ti mismo. (38’30’’)
          • No quiero otro trono ni otra corona que Tú mismo, Amado mío… (39’50’’)
          • A tus ojos el tiempo no es nada y un solo día es como mil años. Tú puedes, pues, prepararme en un instante para comparecer delante de ti… (40’26’’)
      • Acto de ofrenda al amor misericordioso (41’23’’)
          • A fin de vivir en un acto de perfecto amor, yo me ofrezco como víctima de holocausto a tu Amor misericordioso (41’40’’)
          • y te suplico que me consumas sin cesar, (44’12’’)
          • haciendo que se desborden sobre mi alma las olas de ternura infinita que se encierran en ti y que, de esa manera, llegue yo a ser mártir de tu amor, Dios mío… (44’50’’)
          • Que este martirio, después de haberme preparado para comparecer delante de ti, me haga, por fin, morir (46’28’’)
          • y que mi alma se lance sin demora al eterno abrazo de tu amor misericordioso… (47’29’’)
          • Quiero, Amado mío, renovarte esta ofrenda con cada latido de mi corazón y un número infinito de veces, hasta que las sombras se desvanezcan (48’14’’)
          • y pueda yo decirte mi amor en un CARA A CARA ETERNO… (48’59’’)
          • María Francisca Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, rel. carm. ind. Fiesta de la Santísima Trinidad. El 9 de junio del año de gracia 1895 (49’32’’)
      • Así termina el acto central de la vida de Teresita, así desembocó. Este acto de ofrenda es la oración del caminito (50’00’’)
      • Oración del caminito y oración para entrar en el caminito. Oración sencilla, trinitaria, evangélica, eclesial (51’20’’)

Resumen peculiaridades de Teresita (52’55’’):

      1. unanimidad de testimonios de cariño pontificio entrono a ella
      2. doctrina mística: experiencia de Dios en la no-experiencia
      3. presencia de Teresita entre nosotros, ha cumplido su promesa de dejarse sentir en la tierra
      4. Vocación sacerdotal
      5. vocación eucarística

¿Quién es el p. Secundino Castro? Fraile Carmelita Descalzo, catedrático (emérito) de Exégesis y Teología Espiritual de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Anteriormente, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, durante cinco años, y doce años Director de la Revista de Espiritualidad.

 

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