
En el Antiguo Testamento, el Profeta Elías aparece como un personaje de la soledad.
Fue en el Monte Carmelo –primer lugar de residencia de los primeros Carmelitas– donde Elías desafió a su pueblo para que estos eligieran entre el Dios de Israel (Yavhé) y Baal como su dios .
De Elías, los Carmelitas aprendieron a tomar conciencia de la presencia de Dios en lo inesperado y a escuchar el susurro de Dios en el silencio. Elías dijo: “Vive Dios en cuya presencia estoy”, y los Carmelitas tratan de seguir sus pasos, reconociendo a Dios en todas las personas a las que conocen y sirven.
El profeta Elías que ya en la tradición monástica era considerado el primer monje y el modelo de los contemplativos se convirtió, así, poco a poco, para los carmelitas en el prototipo de los místicos y el profeta dedicado a cantar y enseñar las alabanzas de Dios a su comunidad de seguidores; el defensor de los derechos de Dios y el campeón en la defensa de los últimos. Los carmelitas de entonces, como los de hoy, tienen a Elías como "Padre" suyo, no en sentido histórico o material, sino por los valores que su figura expresa (RIVC 56)

El profeta Elías que ya en la tradición monástica era considerado el primer monje y el modelo de los contemplativos se convirtió, así, poco a poco, para los carmelitas en el prototipo de los místicos y el profeta dedicado a cantar y enseñar las alabanzas de Dios a su comunidad de seguidores; el defensor de los derechos de Dios y el campeón en la defensa de los últimos. Los carmelitas de entonces, como los de hoy, tienen a Elías como "Padre" suyo, no en sentido histórico o material, sino por los valores que su figura expresa (RIVC 56)
