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20 octubre, 2021 / Carmelitas
Bodas de plata sacerdotales. P Desiderio García y P. Salvador Batalla. Parroquia carmelita de san Isidoro, obispo. 12 octubre 2021

El día 12 de octubre, Solemnidad de la Virgen del Pilar, con motivo de las bodas de platas sacerdotales de los PP. Desiderio García, O.Carm. y Salvador Batalla, O.Carm., se celebró una misa de acción de gracias en la comunidad carmelita de Valencia.

Presidió la celebración el P. Salvador Batalla, actual párroco de la parroquia carmelita de S. Isidoro, obispo, de Valencia. Participó un nutrido número de fieles. En su homilía, el P. Salvador comunicó cómo fue el despertar de su vocación en la comunidad carmelita de Onda. Volvió a recordar algunos pensamientos extraídos del salmo 45: “Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia”, que fueron pronunciados el día 12 de octubre de 1996, por Mons. Juan Antonio Reig, Obispo de Segorbe- Castellón.

La ordenación se celebró el la Parroquia Virgen del Carmen de Onda y en aquel día el obispo afirmó: “Dios Padre al abrir la boca ha pronunciado vuestros nombres: Salvador, Desiderio… Misterio sobrecogedor es que el Padre hoy os llame por vuestro nombre y os elija para esta misión sacerdotal”. “Él hará la obra, dejaos llevar”. En la entrevista inicial, antes de la ordenación, Mons. Reig recordó dos cosas a los misacantanos. La primera: “Por favor, hermanos, cuidad al pueblo de Dios y prepararos las homilías. No improviséis. No salgáis al ruedo de cualquier manera. El pueblo merece ser alimentado con el pan de la palabra: estudiadla, meditadla, oradla y compartidla”. La segunda: “No os apropiéis de la obra de Dios. Morid a vosotros mismos; negaos en todo momento. Que no se os vea a vosotros, sino la obra de Dios actuando en vosotros y, a través vuestro, en el pueblo que se os confiará para su cuidado. Esta segunda tarea os va a resultar mucho más difícil. Es el misterio de morir con Cristo cada día y resucitar con Él cada día. ¡Desapareced!”.

El P. Salvador evocó, seguidamente, a todos aquellos que, de una manera u otra, acompañaron su proceso vocacional. Saludó, luego, a los amigos y conocidos procedentes de Caudete, Onda, Salamanca y Valencia, lugares a los que destinado como religioso carmelita y donde había ejercido estos últimos años su ministerio sacerdotal. La alegría, el buen humor en el dirigirse a la asamblea estuvieron presentes en las palabras del P. Salvador Batalla. Dio las gracias a todos los que acompañaron en la celebración: familias, religiosos carmelitas, sacerdotes que frecuentan la comunidad parroquial, amigos del P. Salvador y el P. Desiderio.

Las palabras de acción de gracias corrieron a cargo del P. Desiderio García. Recordó que fray Luis de León, con la mirada puesta en el libro de Job, decía que, tras un largo trecho en el largo navegar por “el mar de nuestra vida”, llegan momentos en que se “entra en el puerto abastado de bienes”. Comentó: “Esta es mi sensación hoy. Llegar a los 50 años, con 25 años de ministerio sacerdotal en las espaldas, abastado y repleto de bienes”. Dio gracias a Dios por el don de la vida, por estar en su Iglesia y por su feliz vocación en la Orden del Carmen. “Cuando miro hacia atrás, veo el milagro que Dios ha hecho con nosotros, a pesar de nuestros obstáculos y resistencias. Hoy me sale sólo confesar que he sido y soy feliz. No es la alegría efervescente de la autorrealización, sino la de vivir en “obsequio de Jesucristo”. Una certeza ha sido clara, y debo confesarlo: la cruz de Jesús ha presidido desde niño siempre mi vocación carmelita. Ella ha sido siempre “bienvenida”, “sabroso descanso de mi vida”, “mi gloria y no mi pena”.

El P. Desiderio García dio gracias a cada hermano de la Provincia carmelita de ACV. “He encontrado en ellos ‘hermanos‘ en la fe, con toda la fuerza que tiene llamar al otro hermano. “Sin ellos hubiera sido imposible estar hoy aquí”. Mencionó expresamente, y, a través de ellos, al resto de la Provincia: al P. José Luis Herreros, O.Carm., “el cual desde el cielo, y el misterio de la comunión de los santos, nos sigue apoyando”. “Fue un ejemplo de cercanía, de escucha atenta, de generosidad desbordante, de acogida incondicional cuando hizo falta”. “El P. Rafael Mª Melús, hoy anciano y enfermo, sigue siendo referente para mí de entusiasmo y amante del Carmelo”. Recordó las conversaciones que mantenía en casa con sus padres. Dijo dirigiéndose a su padre: “No sé si recordarás, papá, al P. Melús, un día en casa -yo tenía quince años- explicándote que lo que más desgastaba en la vida es el trabajo espiritual, luego el intelectual, y, finalmente, el físico”. “Con mucho sentido del humor recuerdo que le dijiste: bueno, pues, mañana, cuando vaya a por el camión, a las 4.30 de la noche, le espero y veremos qué es lo que más desgasta”. Lo cierto es que, cuando se iba, siempre sus palabras seguían vivas en el ambiente y eran motivo para nuestra reflexión…”.

El P. Desiderio hizo mención especial a los amigos y a su familia. “Sin amigos no se puede ir por la vida. Amigos en el espíritu, de estos que se convierten en desaguadero en cualquier circunstancia, y donde lo que une es tener en común la amistad con Jesús. ‘Vosotros sois mis amigos. No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos’”. “Gracias a mis padres, Julián y Mª Lourdes, y a mi hermano, Javi. “Papá, mamá, gracias por no retenerme en casa y dejarme volar. Mil gracias por vuestra generosidad, por educarnos desde la fe de los sencillos, la alegría, el buen humor, la sensatez, el sacrificio, el trabajo el bien hecho, el abrir la mano a los que tienen menos, el cuidado sin límites a los abuelos hasta la muerte… He descubierto que si algo de santidad puede salir de cada uno de nosotros, es aquella que hemos visto a nuestro alrededor. Con alegría os digo que yo la he visto en casa… Javi, mil gracias porque eres el que está al pie de cañón en la familia, ahora que papá y mamá empiezan con achaques, enfermedades y necesitan más atenciones… Para mí es un descanso que estés siempre ahí. ¡Gracias! Como no sé si tendremos ocasión de volver a celebrar algo así y decirlo en público, hoy lo suelto: ¡Sois maravillosos!”.

Finalmente, mostró su gratitud  a la Parroquia de S. Isidoro, por su acogida y hospitalidad. Al Camino Neocatecumenal por su celo en el anuncio de Evangelio en la parroquia. “Lo maravilloso de la Iglesia es que una realidades eclesiales fecunden a otras, dando siempre vida en abundancia”. A María Santísima, bajo la advocación del Carmen, le pido hoy que suscite entre vosotros, en vuestra familias, vocaciones al Carmelo, hombres y mujeres que entreguen su vida entera al servicio del Evangelio”.

La celebración acabó con un buen refrigerio y comida en el Restaurante de la Hípica de Valencia. Les deseamos, al P. Desiderio y al P. Salvador, otros 25 años, como mínimo, en su ministerio sacerdotal. Ad multos annos.

 

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