Durante los días 28 de julio al 5 de agosto de 2025 un grupo de unos 70 jóvenes vinculados a nuestras presencias carmelitas en España, han peregrinado hasta Roma para participar en el Jubileo de los Jóvenes. Han participado jóvenes de JUCAR (Vila-real, Elda, Murcia, Madrid), de la Provincia de Cataluña, Bética y ACV (Ayala y Salamanca).
Esta peregrinación partió desde Madrid, desde la Casa General de las Hermanas de Orihuela, la mañana del lunes 28 en autobús hacia su primer destino en Terrassa, en el Colegio Carmelita de esta ciudad, que nos acogió la primera noche del viaje.
La mañana del día 29 la aprovechamos para acercarnos hasta Barcelona y celebrar la Eucaristía en la Cripta de la Sagrada Familia, en la cual pusimos ante el altar nuestras alegrías y la esperanza que brotaba desde el interior de estos jóvenes carmelitas. A continuación tuvimos la oportunidad de realizar una visita guiada al interior de la Sagrada Familia, en la que se nos explicó toda la espiritualidad que Antonio Gaudí quiso transmitir con esta obra aun no concluida. Después del almuerzo regresamos a Terrassa para iniciar la segunda etapa de nuestro viaje hasta nuestra casa carmelita de Sassone (Roma) donde la tarde del miércoles 30 de julio comenzaría un gran encuentro de formación, oración y convivencia de casi 250 jóvenes, de más de 13 nacionalidades, venidos de muchas partes del mundo a los que nos une querer seguir a Jesucristo desde el carisma carmelita.
Al siguiente día, el jueves 31, nuestro Prior General Míċeál O’Neill, compartió dos presentaciones sobre el carisma y la espiritualidad carmelitas como formas concreta de seguimiento de Jesús actualizados a nuestros días y ambientes concretos en los que vivimos. Siendo jóvenes que buscamos el encuentro transformante con Jesús, lo hacemos desde la contemplación en nuestra realidad concreta, vemos el mundo desde los ojos de Dios, que nos conduce a su Hijo Jesucristo, insertados siempre en medio del pueblo. Por la tarde pudimos acercarnos al sacramento de la Reconciliación y celebrar la Eucaristía para prepararnos de esta manera a obtener las gracias de la peregrinación jubilar y atravesar la Puerta Santa de San Pedro de Roma.
El viernes, 1 de agosto, madrugamos para ir a Roma y poder hacer el recorrido desde la Piazza Pia a la Basílica de San Pedro. Una vez dentro de la Basílica cada peregrino pudo disfrutar de las maravillosas obras de arte que alberga esta basílica. Luego, de manera más espontánea, los jóvenes aprovecharon para explorar la ciudad, centrándose en los espacios más relevantes ya que no había muchas horas para llevar a cabo esta actividad, puesto que la siguiente cita era a las 5 de la tarde en nuestra parroquia de San Martino ai Monti para celebrar juntos la Eucaristía.
Al día siguiente, 2 de agosto, las presentaciones para la reflexión giraron en torno a ejemplos de vida y santidad de nuestra orden como Tito Brandsma, Juan de la Cruz, Teresa de Lisieux… Posteriormente, Manu y Gadea, jóvenes de Salamanca, amigo desde la niñez y prima carnal respectivamente de Pablo María de la Cruz, compartieron con todos nosotros su experiencia como jóvenes y cómo les había marcado la vida y entrega de nuestro hermano. Después de la comida nos dirigimos a la Parroquia carmelita de Santa Maria Regina Mundi de Torre Spaccata, en Roma, desde donde iniciamos nuestra peregrinación como grupo a la explanada de Tor Vergata, donde esa noche tendría lugar la Vigilia de Oración con el papa León XIV. Fue un momento muy emocionante para todos el poder compartir un tiempo de Adoración con tantísimos jóvenes católicos, sintiéndonos todos miembros de un mismo Cuerpo con Jesús Eucaristía a la cabeza.
A la mañana siguiente, después de una noche bajo el cielo raso, con un sol deslumbrante, con pocas horas de sueño pero con mucha ilusión nos preparamos para celebrar la Eucaristía con el papa y mas de un millón de jóvenes venidos de todos los rincones del mundo. En su homilía, el papa León nos instó a reflexionar sobre qué supone para nosotros el encuentro transformador con Cristo resucitado; estamos hechos para tener sed, aspiramos siempre a más, pero no podemos buscar sucedáneos, nuestra esperanza no puede ser otra que Jesús. Al final de sus palabras, el Santo Padre invitó a los jóvenes a seguir “caminando con alegría tras las huellas del Salvador, y contagien a los que se encuentren con el entusiasmo y el testimonio de su fe”. A continuación de la Eucaristía, y siguiendo una verdadera riada de personas, regresamos a nuestra parroquia de Torre Spaccata, donde muy generosamente nos habían preparado una generosa comida, que junto a una rápida y necesaria ducha, recompuso nuestros cuerpos cansados para continuar nuestro viaje hacia nuestro próximo destino. Después de varias horas de autobús, llegamos a la comunidad carmelita de Pisa. Allí nos recibieron también con una suculenta cena, y después nos preparamos para descansar de todas las emociones y experiencias vividas estos últimos días.
A la mañana siguiente, el día 4 de agosto, celebramos en nuestra parroquia de Pisa la Eucaristía conclusiva de nuestra peregrinación. En un verdadero ambiente de fraternidad, compartimos la mesa de la Palabra y del Pan, y pusimos allí, en manos de Dios, todas nuestras experiencias compartidas estos días. La celebración concluyó con un bonito gesto, la imposición del escapulario a todos los participantes en la celebración. De esta manera nos sentimos hijos de María y buscamos en ella su amparo, guía y protección. El resto de la mañana se dedicó a visitar los sitios turísticos de Pisa y disfrutar de una típica y exquisita comida italiana, y así coger fuerzas para lo que nos quedaba: regresar a casa.
Después de unas horas de autobús llegamos a Terrassa, donde una parte de los peregrinos se despidió para regresar desde allí a sus casas. El resto continuamos hasta Madrid, y después de 22 horas de autobús desde que salimos de Pisa, llegamos al punto final de nuestro viaje, cansados pero con el corazón lleno de esperanza y agradecimiento por haber podido vivir este encuentro con Jesucristo y los hermanos.
