El día 12 de septiembre de 2021, en el Convento de san Andrés, ocho jóvenes, Salvatore, José Luis, Lorenzo, Germán, Matt, Alexander, Alex y Marco empezaron su noviciado carmelita. La comunidad formadora acompañó en la bendición de los hábitos, durante la celebración de las vísperas, y, seguidamente, celebró el rito de ingreso en el noviciado. Los Superiores Mayores o los delegados de la Provincia de Aragón, Castilla y Valencia, Provincia de Italia, Provincia Británica, Comisariado de la Bruna (Italia) fueron , por orden de edad, entregando a cada uno de los novicios las insignias del hábito, como signo de de su ingreso en el noviciado.
Presidió la celebración el prior de la comunidad, el P. Ferdinandus Tay, O.Carm. y le acompañó el resto de la comunidad de noviciado carmelita internacional (P. Desiderio García, O.Carm., P. Alejandro López-Lapuente Villalba, O.Carm., P. Daniel Galea, O.Carm. y P. Alfredo Pisana, O.Carm.), así como algunos hermanos carmelitas procedentes de otras Provincias (P. Ged y P. Damian de Reino Unido y P. Alex Giovanny de Italia). Durante la homilía el P. Ferdinandus subrayó:
- “El hábito no es solamente una vestido religioso carmelita, sino un estilo de vida, un símbolo de la ‘vida nueva”. El hábito, imagen de la contemplación, es un símbolo que nos recuerda el viaje interior de transformación, durante el cual el Señor nos invita a despojarnos del hombre viejo y a revestiros del hombre nuevo. Como dice a San Pablo a los Efesios ‘en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4,22-24). El hombre nuevo del que os vais a revestir interiormente es el mismo Cristo”.
- “¿Qué hábitos o costumbres iréis adquiriendo como carmelitas? La Regla nos lo dice de forma muy clara: “Vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro y buena conciencia”. Para que podamos vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro, por lo menos podemos usar algunos medios en este año de noviciado: oración, fraternidad, servicio… […] Somos hermanos los unos de los otros. La diferencia cultural de nuestra comunidad (España, Italia, República Dominicana, Inglaterra, Rumanía, Indonesia) no os va a separar, sino que os enriquecerá personalmente y enriquecerá el carisma carmelita. Libremente queréis ser novicios carmelitas, y esto significa que entráis con libertad en una cultura nueva, la cultura carmelita: cultura de oración, fraternidad y servicio…”.
- El año de noviciado de verdad que es un año de gracia. “Como una persona que quiere edificar una casa, el primer paso no es construir el techo o las paredes sino poner los cimientos. El año de noviciado es el tiempo para poner los cimientos del edificio. Jesús, nuestro Señor, es la piedra angular de este edificio. Él es también tu dirección y tu meta. El maestro de novicios, los formadores, y todos los hermanos de esta comunidad somos hermanos mayores compañeros de camino. ¡No estáis solos en este camino! Es decir, tus metas en la comunidad de noviciado son ser tú mismo, conocer quién eres, tu vocación, la vida carmelita, y, subiendo al monte Carmelo, aprender a ser hijos de Dios. Santa Edith Stein decía: ‘Ser hijos de Dios quiere decir ir de la mano de Dios; hacer la voluntad de Dios, no la propia; dejar todos los cuidados y esperanzas en Dios; no preocuparse más del porvenir. Sobre eso descansa la libertad y la alegría de los hijos de Dios’ […[ El año de noviciado es un tiempo que ya no se repite más; por lo tanto, dad gracias al Señor por este tiempo maravilloso. Pedimos al Señor, para que, con su Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, os siga acompañando.
La fiesta continuó durante la cena y la recreación. Con alegría, con buenas viandas y cantos, la comunidad carmelita del Convento de san Andrés felicitó a los novicios y pidió a Dios su bendición.
¡Hermanos, enhorabuena!
