La comunidad carmelita del noviciado internacional del Convento de san Andrés de Salamanca, formada por 8 jóvenes (Salvatore, Alex, Marco, Lorenzo, Germán, Alexander, José Luis y Matt) se desplazó a Segovia, al Convento de San Juan de la Cruz de los Carmelitas descalzos. Estos días de de retiro sirvieron de preparación para el inicio de noviciado del curso 2021-22. Los ejercicios, que duraron del 5 al 10 de septiembre, tuvieron como meditación central, tal como recoge el actual Programa de Formación, “Del desierto al jardín de Dios”, el tema: “Revestirnos de Cristo” (Gal 3,27).
Con un fuerte sabor bíblico, la meditación, se centró en la historia sapiencial del ciclo de José y sus hermanos (cf. Gn). El texto bíblico usa simbólicamente de la imagen del vestido para mostrar el camino de búsqueda, preguntas y crisis de José en su encuentro personal con Dios, y describe las distintas etapas de muerte y resurrección por las que atravesó el hijo de Jacob, antes de ponerse al frente de la heredad, y, siendo hijo amado, convertirse en “hermano entre hermanos”. Otros textos bíblicos, vinculados a la tradición bíblica y espiritual carmelita (cf. la desnudez de Adán; el vestido del hijo pródigo; el manto de Elías; el escapulario de María…), ofrecieron pistas para la meditación y la oración. Aprender “a vestirse como hijo de Dios” es todo un proceso universal de transformación que, al igual que José, el carmelita deberá recorrer.
El retiro, en clave existencial y mistagógica, prepara a los futuros novicios carmelitas para celebrar el rito de inicio del noviciado, que tendrá lugar el próximo 12 de septiembre, en Salamanca. La celebración girará de forma muy sencilla en torno a entrega de la parte marrón del hábito, imagen y símbolo de la contemplación, corazón de la espiritualidad carmelita, como signo de su entrada en el noviciado. Esta entrega se completará al final de noviciado, en la que los novicios se consagrarán a Dios, a través de la profesión de los consejos evangélicos. El vestido es un sacramental que recordará cada día al novicio el proceso de transformación interior, en el que el amor desbordante de Dios, en el seguimiento de Cristo, les conducirá gradualmente del hombre viejo, con sus obras limitadas y caducas de pensar, sentir y amar, al hombre nuevo, el hombre de la luz, transfigurado a imagen del Señor Jesús.
El retiro, que estuvo dirigido por el maestro de novicios, el P. Alejandro López-Lapuente Villalba, O.Carm., concluyó con la celebración del sacramento de la reconciliación, que ayudó a cada hermano del noviciado a volverse hacia Dios, y con el sacramento la eucaristía, misterio sublime del amor de Dios manifestado en su Hijo, en la capilla donde reposan los restos del santo de Fontiveros.
La comunidad descalza de Segovia, como es costumbre, brindó una fraternal y calurosa acogida y ayudó en el clima de retiro, soledad, silencio y recogimiento. El P. Salvador Ros, OCD, contribuyó con algunas reflexiones y momentos fraternos para acercarnos más a la figura de San Juan de la Cruz.
