Durante los días 11 al 13 de mayo (2024), ha tenido lugar la clausura del centenario de la fundación de HCSCJ. El encuentro, que comenzaba el sábado 11 de mayo a las 16:30 con las palabras de bienvenida de la Superiora General de las HCSCJ, Hna. Mª Teresa Delgado, ha sido intenso y enriquecedor. Han participado en él más de 200 personas (religiosos, religiosas y laicos). Entre las actividades programadas, se ha impartido toda una serie de charlas y de encuentros de grupos para compartir lo que esas reflexiones planteaban; también ha habido momentos de oración y de celebraciones eucarísticas de gran asistencia de fieles, atraídos por la espiritualidad carmelita de Madre Asunción; por último, las ricas y abundantes comidas y cenas han ido poniendo un broche de alegría fraterna a todos los eventos.
El P. Miceál O’Neill impartió la primera charla el sábado por la tarde, que versó sobre “La riqueza de la espiritualidad carmelita para el mundo de hoy”. El domingo continuaron otras charlas, una sobre “El cristocentrismo en Madre Asunción”, dada por el sacerdote diocesano P. Sevo Agotinho; otra sobre “El testimonio carismático con los privados de libertad”, impartida por el sacerdote Pablo Morota; y el Coordinador General de la Familia Carmelita Madre Asunción, el profesor Guillermo Chumilla, habló sobre “Cómo vivir el compromiso cristiano desde el carisma de Madre Asunción”.
El domingo se celebró, a las 11:30, la solemne eucaristía de la Ascensión en la catedral de Málaga, que fue presidida por el arzobispo emérito de Pamplona, D. Francisco Pérez González. Y el lunes 13 de mayo, tras visitar la casa de las Hermanas que tienen en Monsalve, el Prior General Miceál O’Neill bendijo, primeramente, el busto de la Sierva de Dios Madre Asunción que ha sido emplazado en patio del Colegio “Madre Asunción” del Limonar (Málaga), Casa Madre de las HCSCJ, y seguidamente celebró la Eucaristía de cierre de este Encuentro Internacional.
Que la riqueza espiritual testimoniada estos días y la alegría vivida sean signo de la esperanza cristiana que embarga a toda la Familia Carmelita Madre Asunción, de modo que, en el Espíritu Santo, siga dando gloria a Dios -siempre y en todas partes- en el cumplimiento de su voluntad, tal y como era el deseo de Madre Asunción
