El sábado 31 de mayo celebramos en la iglesia de El Carmen de Abajo, del Convento de san Andrés de Salamanca, el II Encuentro de amigos de Fray Pablo. Este encuentro tiene como finalidad principal reunirnos para orar por las intenciones de nuestro hermano fray Pablo Mª de la Cruz, compartir diversos testimonios de aquellas personas que han compartido su vida con él o a las que su vida les ha tocado de una u otra forma y, como no, recordar y seguir haciendo presente entre nosotros a nuestro amigo fray Pablo.
La jornada comenzó con el saludo y acogida a los participantes por parte del P. Salvador Villota, Provincial de la Provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia. A continuación, y este año coincidiendo con la celebración de la fiesta de la Visitación de María, rezamos el Santo Rosario, poniendo en manos de nuestra Madre todo el día que íbamos a compartir.
El siguiente momento, que siempre suele ser de los más intensos, fue el de los testimonios que nos ofrecieron Myriam y Juan Alonso Hidalgo, hermanos de fray Pablo. Sus palabras nos llevaron a recordar la vida de Pablo, un joven muy normal, como tantos otros, pero que fue capaz de poner a Jesucristo en el centro de su vida, de su enfermedad y, como culmen, en el momento de su muerte. También nos recordaron la importancia en este proceso de Jesús Eucaristía, que fue “compañero de habitación” de Pablo en el hospital y en su celda en el convento, durante la etapa final de su enfermedad.
Después de estos testimonios, la mañana concluyó de la mejor manera posible, y como a Pablo le gustaba, celebrando la Eucaristía como verdaderos hermanos, sin importar nuestra procedencia ni nuestros grupos o movimientos de origen. La celebración fue presidida por el P. Salvador Villota y concelebrada por un amplio grupo de sacerdotes. En la homilía, el P. Provincial, recordó la importancia de María, madre y maestra, en la vida de fray Pablo María de la Cruz. Nuestra Madre nos enseña, como enseñó a Pablo, a acoger a Jesús, a abrirse a la voluntad de Dios que trabaja en nosotros a través de nuestras dificultades somos probados en la vida pero también somos levantados por Dios y transformados por Él.
Después de un receso para comer y descansar un poco, la tarde comenzó con la charla del P. Javier Siegrist, sacerdote diocesano en Boadilla del Monte (Madrid). Compartió en su testimonio la experiencia de los distintos retiros que ha impulsado en España (Emaús, Bartimeo, Simeón y Ana…) y la diversidad de carismas que crecen en la Iglesia. Cada movimiento, carisma, grupo deben reflejar que lo importante es ser de Cristo, cada carisma es el mejor para aquel que está llamado a seguir a Jesús desde ahí, pero sabiendo que no es el único don y que esta variedad nos ayuda a crecer a todos los miembros de la Iglesia y la embellecen.
El siguiente momento del Encuentro fue una mesa redonda para dialogar sobre las tres intenciones por las que Pablo ofreció su vida: la conversión de los jóvenes, la unidad de la Iglesia y perder el miedo a la muerte. Para este diálogo contamos con la presencia de Sonsoles Fernández y Manuel Galindo, amigos de Pablo; P. Gerardo L. Martín, trapense y moderada por el P. Alfredo Pisana, carmelita. Cada uno, desde su lugar en la Iglesia y desde sus vivencias con fray Pablo María de la Cruz, fueron exponiendo qué significaban para ellos y cómo se podían llevar a cabo estas intenciones.
El final del II Encuentro iba llegando y la mejor manera era rezar y poner nuestras vidas en manos de Jesús Sacramentado en la Adoración Eucarística, ofreciéndole toda la jornada, las vivencias que cada uno se llevaba a su casa y, como no, el agradecimiento por haber puesto a fray Pablo María de la Cruz en nuestras vidas.