30 mayo, 2025 / Carmelitas
31ª Asamblea General de la CONFER. 27 a 29 de mayo de 2025
Del 27 al 29 de mayo (2025) se ha celebrado la 31ª Asamblea General de la CONFER. Han participado unos 230 superiores mayores. Bajo el lema «“Esperanza, ¿por dónde andas?” Y levantándose, volvieron a Jerusalén», se ha organizado todo el encuentro siguiendo la experiencia de los discípulos de Emaús. La finalidad de este “camino” era propiciar el diálogo entre los superiores mayores tanto personal como institucionalmente. También se han renovado en esta Asamblea los cargos, habiendo sido reelegido como presidente el Provincial dominico Jesús Díaz Sariego, y habiendo asumido el cargo de vicepresidenta Cinta Bayo, superiora general de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón.
En medio de este año jubilar dedicado a la esperanza, se ha intentado discernir dónde está asentada actualmente “la esperanza” en la vida religiosa y en qué situaciones y lugares “fronterizos” debe seguir estando presente como faro de luz y esperanza. Al igual que los discípulos de Emaús, se ha hablado y dialogado para ver nuestros límites, abatimiento y tristezas, nuestra sensación de que se apagan los proyectos y sueños de libertad y de verdadera vida, para comprender que el encuentro con el Resucitado, nuestra Esperanza, hace posible volver a Jerusalén “surcando la noche”, al abrazo y a la comunión con los hermanos, a compartir la fe y la vida, a la conversión en las mutuas relaciones, con un corazón encendido con el fuego del mismo Espíritu de Jesús. Sólo así llegamos a ser “testigos de auténtica esperanza” en cada momento y circunstancia de nuestra vida.
El encuentro con “la esperanza que no defrauda” (Cf. Rm 5,5) evidencia, por una parte, la necesidad de volver a las raíces del propio carisma para vivirlo con autenticidad y para abrir también procesos de ayuda inter-congregacional, y, por otra parte, la necesidad de renovar continuamente las fuerzas en Jesucristo para poder afrontar juntos los desafíos y periferias actuales, tales como son el cuidado de los hermanos y hermanas mayores, el hacernos presentes en todos los ámbitos culturales de esta sociedad secularizada, la ayuda a los migrantes y la cercanía a los jóvenes.
Ha quedado así latente como mensaje final el firme deseo de que todos juntos podamos “alargar la primavera” de la vida religiosa, siendo auténticos testigos que descubren cada día “dónde anda la esperanza” para acogerla y sembrarla en cada lugar y situación que vivimos.
