En 1999, en preparación del Gran Jubileo del año 2000, san Juan Pablo II creó la “Comisión de los nuevos mártires” para investigar el martirio cristiano en el siglo XX. La Comisión trabajó durante dos años en los locales de la Basílica de San Bartolomé, actualmente atendida por la Comunidad de San Egidio, recogiendo unos 12.000 expedientes. “Entré en el gran archivo de la “Comisión de los nuevos mártires”, donde se recogen las cartas, los informes, las memorias que, en los últimos años, han llegado a Roma desde todo el mundo. Empecé a hojearlos. Eran cartas oficiales de las conferencias episcopales de todo el mundo. Pero también memorias de simples grupos de religiosos. Leí y me apasioné. Había miles de historias de hombres y mujeres contemporáneos: cristianos que habían sido asesinados como tales” -así habla Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, al presentar su trabajo sobre los más de 9600 registros del archivo-.
Después del Jubileo, san Juan Pablo II quiso que la Basílica se convirtiera en el lugar de memoria de los Nuevos Mártires. La proclamación se celebró solemnemente el 12 de octubre de 2002, en presencia del Card. Ruini, Kasper y George, y el Patriarca Ortodoxo de Rumanía Teoctist: el gran icono dedicado a los Testigos de la Fe del siglo XX fue colocado en el altar mayor. El 7 de abril de 2008, el Papa Benedicto XVI honró la memoria de los Testigos de la Fe de los siglos XX y XXI con una visita a la Comunidad de San Egidio en su 40º aniversario. Los seis altares, explicó el Papa “recuerdan a los cristianos que cayeron bajo la violencia totalitaria del comunismo, del nazismo, a los asesinados en América, en Asia y Oceanía, en España y en México, en África: lo ideal es volver a recordar muchos acontecimientos dolorosos del siglo pasado. Muchos cayeron cumpliendo la misión evangelizadora de la Iglesia: su sangre se mezcló con la de los cristianos nativos a los que se les había comunicado la fe”.
En este mismo lugar, para concluir la Congregación General de la Orden del Carmen 2022, ha sido depositada una reliquia-carta de san Tito Brandsma, carmelita, testigo y mártir de la verdad. Presidió la celebración el Prior General, Míceál O’Neill, O.Carm. y, junto con los demás participantes de la Congregación, concelebró el M.R.P. Mario Esposito, O.Carm., Prior Provincial de la Provincia carmelita de S. Elías (USA), que celebraba sus bodas de oro de profesión religiosa en el Carmelo.
En el vídeo adjunto, podéis seguir las palabras pronunciadas en la homilía por el Rvdmo. Prior General, Míceál O’Neill, O.Carm. En español, a partir del minuto 3,30 en adelante.
